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JUAN BUSTAMANTE, EL PRECURSOR

Escribe: René Víctor Calsín Anco.
Una significativa personalidad peruana de la centuria decimonónica es indiscutiblemente Juan Bustamante Dueñas, un visionario de accionar multifacético, predicó con el ejemplo, se inmoló en defensa de la clase campesina por la que siempre abogó. Un verdadero precursor y luchador social.
EL ADVENIMIENTO.- Se conoce que Juan Bustamante nació el 24 de junio de 1808 en Vilque, en el otrora pueblo floreciente y comercial del partido de Lampa y de la intendencia de Puno. Él mismo rememoraba: “Vilque pueblo de mi nacimiento”. Sin embargo, hay controversia en el año de su advenimiento, en un padrón del 1 de julio de 1826, hallado en el Archivo Regional de Puno, se da cuenta que nació en 1801.
EL PADRE.- Mariano Bustamante Jiménez, nacido en 1746 y de ascendencia española, fue el padre de Juan Bustamante, quien años después quedó evocado así: “[Mariano] Bustamante, mi Sr. padre, único en el departamento con ese apelativo, tuvo su origen en la ciudad de Arequipa”. En el último decenio del siglo XVIII, Mariano Bustamante residía en Lampa, en 1798 empezaron sus contactos con Cabanilla cuando asumió las diligencias de las tierras de Quimsachata y de las haciendas de Cullillaca y Cambraca, después radicaría en el pueblo de Cabanilla. En 1805 resultó nombrado Teniente del Regimiento de Milicias Urbanas de Caballería de Lampa.
LA MADRE.- Agripina Dueñas Vera natural de Cabanilla, nacida en 1776 y descendiente de Túpac Amaru, fue la madre de Juan Bustamante, quien la recordaba en estos términos: “mi Sa. Madre… Muger de mi mismo color, pues poco i nada saque del de mi padre… mujer de una virtud ejemplar, de un genio angelical”. En el padrón del 1 de julio de 1826, quedó registrada la madre de Juan Bustamante como María Dueñas.
LA HERMANA.- En el padrón aludido, se suministra una información referente a la hermana mayor de Juan Bustamante, llamada Petrona, que en 1826 contaba con 32 años.
LA PRIMERA INFANCIA.- Juan Bustamante pasó sus primeros años en su natal Vilque, sobre esa vivencia infantil escribía: “en los primeros años de la infancia tanto atribulaba a mis queridos padres… hasta en sueños estaba fraguando travesuras y enredos no olvidados todavía en el lugar de mi nacimiento”. En plena primera infancia se trasladó con sus padres al pueblo de Cabanilla, en donde vivió hasta la mocedad.
LOS ESTUDIOS.- Nuestro personaje estudió en la escuela parroquial de Cabanilla, estos estudios resultaron reforzados por su padre; al respecto Juan Bustamante reseñaba: “Cabanilla, lugar de mi educación… tan raras eran entonces las escuelas de enseñanza en mi departamento… Demasiado hizo, pues, mi Sr. Padre encargándose por sí mismo de mi educación”.
LA JUVENTUD.- Los años juveniles de Juan Bustamante transcurrieron en varios pueblos y ciudades, vivió en Cabanilla, Lampa, Puno y Arequipa. De su permanencia en tierra mistiana, evocaba: “[En] la ciudad de Arequipa… he pasado una buena parte de mi juventud”.
LAS FACETAS.- La personalidad multifacética de Juan Bustamante logró notoriedad regional, nacional e internacional; nuestro biografiado se distinguió como comerciante, minero, viajero, filántropo, parlamentario, militar, autoridad, escritor y luchador social.
EL COMERCIANTE.- Juan Bustamante desde sus años mozos se dedicó a las transacciones comerciales, específicamente al comercio de la lana, acumulando ingente patrimonio, que le permitió viajar por el mundo y compartir en obras de interés comunal y social. En una reminiscencia, dijo: “mi corazón no abrigó nunca a la perversidad, al contrario, apenas entrando en el comercio… ya supo imponerse deberes para con sus semejantes sirviéndolos en cuantas ocasiones ha podido”.
EL MINERO.- Una faceta desconocida de Juan Bustamante es la de minero. En estos últimos años, en el Archivo Regional de Puno hallamos numerosos documentos relacionados a la compra de minas de la provincia de Carabaya y de la ciudad de Puno.
EL VIAJERO.- A Juan Bustamante, por sus viajes a diferentes continentes del mundo, se le conocía como “El Mundo Purikuj” o “El viajero Bustamante”. Recorrió el mundo en dos ocasiones. El primer viaje de tres años, comprendió Centro América, Estados Unidos, Europa, África y Asia. El segundo peregrinaje de año y medio, abarcó Centro América, Europa y Rusia, fue testigo ocular de la revolución francesa de 1848. Su pasión de trotamundos afloró en la infancia, él mismo anotaba: “al aspecto característico de la mía se manifiesta desde mi más tierna infancia en una muy pronunciada pasión por andar corriendo el mundo de un extremo a otro, para ver y observar los usos y costumbres de tantos y diferentes pueblos”.
EL FILÁNTROPO.- La filantropía de Juan Bustamante se puso de manifiesto en varias ocasiones. Cuando frisaba los 33 años, repartió una de sus haciendas a sus colonos. En 1862 distribuyó doce carneros sementales que hizo traer de Europa. Con su peculio concretó numerosas obras, entre ellas la construcción de los puentes de Cabanillas y Pucará, una compuerta en el río Huatanay y una represa en el río Rímac.
EL PARLAMENTARIO.- Juan Bustamante fue tres veces Diputado por Lampa. Su labor parlamentaria la orientó a favor de la educación, la clase campesina, un mejor sistema vial y una buena administración gubernamental, y en contra de la corrupción. Evitó el cierre del Colegio de San Carlos y participó en la creación de la Universidad de Puno. Ante las debilidades y deficiencias del Congreso, criticó su accionar y pidió su completa reforma, decía: “en punto á las tareas legislativas, sistema vicioso y perjudicial que ninguna razón puede disculpar, y que necesita una reforma radical”.
EL MILITAR.- La predilección de Juan Bustamante por la vida militar data de su infancia, puesto que su padre fue militar. En el tramo final de la colonia tomó partido por la causa patriota. En 1834 trabó amistad con Ramón Castilla, quien en una carta apuntaba: “Bustamante… me debe buen concepto”. En 1844, formó un batallón de más de 1000 hombres. El 5 de enero de 1855, con su batallón, logró papel relevante y decisivo en la batalla de La Palma, el historiador arequipeño Juan Gualberto Valdivia recordaba el desenlace de esa batalla, así: “Castilla metió el batallón del viajero Bustamante y otro de arequipeños con Domingo Gamio… verificaron así y dispersaron el centro enemigo”.
LA AUTORIDAD.- El joven Juan Bustamante se desempeñó de autoridad en Cabanilla, Lampa y Puno. Después, ejerció la función de Subprefecto de Puno, Intendente de Lima, Inspector General de Postas y de Prefecto en los departamentos de Amazonas, Cusco, Ica y Huancavelica.
EL ESCRITOR.- Juan Bustamante publicó dos libros, Viaje al viejo Mundo (1845) y Apuntes y observaciones civiles, políticas y religiosas, con las noticias adquiridas en este segundo viaje a la Europa (1849), y dos opúsculos: Lijera descripción que hace Juan Bustamante de su viaje a Carabaya y del estado actual de sus lavaderos y minerales (1850) y Los indios del Perú (1867).
EL LUCHADOR SOCIAL.- Juan Bustamante defendió al campesino y luchó por él, ante las autoridades, en el campamento militar, en la tribuna pública, en publicaciones, en el parlamento y, sobre todo, en el campo de batalla al mando de fuerzas rebeldes. Fundó la Sociedad Amiga de los Indios. Por ser un verdadero luchador social, no sólo predicó el cambio social, sino lo puso en práctica, inclusive sacrificó su vida por la defensa de los campesinos y por la transformación social.
EL PRECURSOR.- Juan Bustamante se distinguió por ser un precursor en distintos rubros. Él vislumbró la innovación en varios campos, la triada opresora que tenía sumido a los campesinos, la corriente llamada indigenista, la educación nacional, el bienestar colectivo, la libertad del campesino, la segunda independencia, las ideas socialistas en el país, en suma, la transformación social, para el bienestar de los peruanos.
EL PASO A LA INMORTALIDAD.- De 1866 a 1868 aconteció la mayor rebelión campesina que registra la vida republicana del país; esa sublevación empezó en Huancané y adquirió cobertura regional, en el segundo tramo de la rebelión Juan Bustamante se encumbró como líder y conductor indiscutible. Las fuerzas rebeldes a su mando lograron varias victorias y la toma de la ciudad de Puno; finalmente el 2 de enero de 1868, las tropas insurgentes sucumbían en la batalla de Pusi, ante el ejército del sanguinario Andrés Recharte. Al día siguiente, Juan Bustamante luego de horrendas vejaciones pasaba a la inmortalidad.
EN EL BICENTENARIO.- En el año del Bicentenario de la Independencia, cobra importancia la recusación que hizo Juan Bustamante a la independencia del Perú y su propuesta sobre la segunda independencia del Perú.
UNA PIONERA RECUSACIÓN.- Se creía que las objeciones a la independencia datan de fines de la centuria decimonónica; sin embargo, media centuria antes Juan Bustamante ya había impugnado. A 25 años de la proclamación de la independencia del Perú en Puno, en su libro de 1849, exteriorizaba con claridad su rechazo a la independencia, la calificaba de falsa. Aquí va la reflexión certera, categórica y precursora de Bustamante: “La declaración de nuestra independencia… la que estamos hoy pregonando [es] falsa. Nada hemos adelantado con ella, ni adelantaremos hasta que recobremos la verdadera. Sin ese esfuerzo nunca será nada el Perú”.
LA SEGUNDA INDEPENDENCIA.- Ante la falsa e inconclusa independencia, Bustamante propuso una verdadera, una segunda independencia, una real liberación, repetimos sus palabras: “hasta que recobremos la verdadera. Sin ese esfuerzo nunca será nada el Perú”. Además, advertía la explotación que sufrían los campesinos y la emancipación que requerían, puesto que para ellos nada había cambiado, escribía: “Los que se oponen á la regeneración del indio, y los que frustran todo buen deseo, son los que viven á costa del sudor del pobre, y los que se enriquecen abusando de la ignorancia, humillación y abandono del indio. No quieren que el indio abra los ojos á la luz de la verdad, porque no conozca sus derechos y se emancipe de sus opresores”. Es innegable la acción redentora de Bustamante, la liberación de los campesinos y su sacrificio por ellos, decía: “realizar[é] mis deseos sobre la emancipación del indio… aun que para defenderlos, me persiga la calumnia y me amenace la muerte… no hay redención sin redentor, ni virtud sin sacrificio: adelante”





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